Christian Reynoso

A un año del Congreso disuelto

Hace un año, el 30 de setiembre de 2019 por la tarde, el presidente Vizcarra disolvió el Congreso de la República. Por la mañana, el premier Salvador del Solar tuvo que irrumpir, cual escena cinematográfica, en el hemiciclo. Para entonces, los congresistas atrincherados defendían su espacio de poder, pero ya un mayoritario sector del país no quería tenerlos allí y rechazaba su papel obstruccionista. El ala fujiaprista que imperaba daba sus últimos manotazos. El presidente del Congreso, Pedro Olaechea, abatido, hizo el último circo congresal y juramentó como presidenta a Mercedes Araoz. Ya sabemos lo que pasó después.

La temida palabra “di-sol-ver” que en el Perú tiene una especial connotación y nos recuerda una de las peores aristas del gobierno de Alberto Fujimori, se impuso los siguientes días en la agenda para deslegitimar la acción de Vizcarra, la cual se amparaba en una acción constitucional. La suerte ya estaba echada para el Congreso y así el Perú empezó un nuevo capítulo en su historia, libre de la maquinaria fujimorista que, apoyada en su mayoría congresal, ejercía un tipo de política en la que la prepotencia, el blindaje, la infamia y el interés personal eran su sello.

En marzo de 2020 inició funciones el nuevo y actual Congreso, en medio del Covid-19, lo que ha marcado su tónica con un carácter “virtual”. Ello, de cierta manera, no ha permitido que el ciudadano pueda tener una idea cabal de su actuación. Sin embargo, poco a poco hemos empezado a conocerlos a ellos y a sus intereses. Un Congreso que, con contadas excepciones, ostenta una gran ignorancia en materia legal y congresal, y tiene en sus filas a elementos lumpen, confabuladores y a joyas que se moldean entre la túnica, la corbata y el conchasumadreo.

Hoy, a menudo, se suele comparar ambos Congresos. Pero las comparaciones poco aportan ya. Es lo que hay; es lo que tenemos; aunque ciertamente la política en nuestro país tenga su espejo más vergonzoso y nefasto en los políticos que integran el Congreso. Por ello, si el Perú se liberó de un Congreso dominado por Bartras, Becerriles, Salgados, Tubinos, Chacones, Mulderes, Mamanis, Arimborgos y todo lo que representan; hoy, es importante que no olvidemos esos lastres ni perdamos la capacidad de indignación, mucho menos la consciencia necesaria para decidir sobre nuestro futuro.

Fuente: La Mula

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Autor de las novelas: "La tempestad que te desnuda", "El rumor de las aguas mansas" y "Febrero lujuria", entre otros libros.

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