John Lennon probablemente sería un viejo dinosaurio que seguiría tocando la guitarra, componiendo y regalando ideas desconcertantes y críticas para entender este nuevo mundo, si no fuera porque un fanático demente lo mató de siete balazos hace cuarenta años. O tal vez John hubiera muerto en cualquier otra circunstancia. En todo caso, este 9 de octubre hubiera cumplido ochenta años. Una buena edad para decir algo más y sentarse a tocar una nueva y buena canción en algún escenario. ¡Hey, John! “Get Back”.
Pero John Lennon ya no está con nosotros, aunque su legado musical sigue presente y vigente, al menos para los viejos y no viejos rockeros que hemos crecido con él y The Beatles; cuyas canciones que significaron una revolución musical, aún con el paso de los años, conservan su frescura, genialidad y rebeldía. Y nos han enseñado a mirar el mundo de otra manera, montados sobre una ola vertiginosa y melódica. Un aprendizaje personal que, en cada quien, tiene sus claves y acordes.
Por ejemplo, “Don´t Let Me Down” (1969) y “Stand by Me” (esta última original de Ben E. King y que Lennon grabó en 1974), para mí encarnan los años universitarios en la carrera de Comunicación en la UNA-Puno a fines de los noventas, cuando bajo el influjo de esas canciones con muchos amigos imaginábamos forjar un futuro artístico. O “Imagine” (1971) que entre los diez y once años intenté aprender a tocar en un teclado bajo la dirección del profesor y músico Raúl Montesinos, recientemente fallecido.
Eduardo Bautista, líder de Los Canarios, en el prólogo al libro “John Lennon” (2003) de Jordi Sierra i Fabra, dice: “Todo fue un invento de John Lennon que primero con la armónica, después con el banjo, luego con la guitarra y finalmente con el piano, escribió la colección de canciones más emblemática del siglo XX” (p. 13). Desde luego. Lennon también publicó dos libros con poemas, viñetas, dibujos y caricaturas: “Is His Own Write” (1964) y “A Spaniard In The Works” (1965). Un creador e innovador nato. ¡Hey, John! “Get Back”.
Fuente: La Mula
