Puno

Los más perjudicados

Bloquear las carreteras es como cortarle las venas al país. Los agricultores necesitan las carreteras para sacar sus productos al mercado. Los ganaderos para llevar a vender su leche a las empresas de lácteos. Los obreros para ir a trabajar. ¿Y quiénes son los agricultores, los ganaderos y los obreros? Gente del pueblo, que se gana el pan con su trabajo diario, con el sudor de su frente. Y entonces, ¿a quiénes perjudica el bloqueo de carreteras? Al pueblo.

Una ciudad tomada por el vandalismo es escenario de otro drama. Los negocios, desde los más pequeños, desde los informales que venden en la calle, hasta las grandes casas comerciales, tienen que cerrar sus puertas para evitar daños y saqueos. Así, los ambulantes, los taxistas, los emprendedores, los empleados y otros se quedan sin trabajar ni producir, sin generar ingresos para parar la olla, para mantener a sus familias.

En las metrópolis, además, debido al bloqueo de carreteras y la violencia, se genera un encarecimiento de precios que va empeorando conforme se agudiza la convulsión social con violencia y muertes. En Puerto Maldonado, por ejemplo, el balón de gas, que en Lima está 65 soles, aproximadamente, llegó a costar 180 soles. Y el pollo, que en la capital está a 8 o 9 soles el kilo, en Puerto Maldonado llegó hasta a 30 soles.

Ello se debe a que en las zonas donde están los centros de producción, procesadoras o envasadoras se genera una sobreoferta debido a que los productos no pueden ser traslados a las ciudades alejadas, donde se va creando desabastecimiento y escasez, lo que causa alza de precios.

Entonces, es obvio que quienes están pagando los platos rotos de casi un mes de violentas protestas son las grandes mayorías, las familias cuya condición económica fluctúa entre la pobreza y la extrema pobreza. A los instigadores, a los azuzadores, a esos que llevaron en buses o camiones fletados a muchos humildes pobladores y los abandonaron en Lima, no los afecta esta situación porque ellos cuentan con financiamiento propio, les pagan. En medio de este río revuelto también se benefician los políticos convenidos, los otorongos y camaleones, que no solo se encubren entre ellos, sino que cambian de colores según la estación.

Es cierto que la mayoría de los manifestantes no actúan por consigna, sino que tienen sus propias demandas sociales, de abandono y marginación, pero lamentablemente estas han sido reemplazadas por exigencias políticas que, incluso, muchos de ellos desconocen. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

The post Los más perjudicados appeared first on La Noticia.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba